lunes, 22 de febrero de 2010

Mi querido hermano:

El corazón y mi mente están contigo por la perdida de Reyes, tu mujer.
Sé que no tienes consuelo, es una perdida tan grande que no hay bálsamo para tu herida sangrante.
Espero que el tiempo suavice tu dolor, no su perdida que será insustituible.
Tú sabes la suerte que has tenido en el amor al tener a Reyes.
El otro día decías que no te la merecías, creo que sí, tú la quieres con toda el alma como ella a ti.
Cualquier tropiezo en la vida que hayáis tenido no es comparable con lo que estás viviendo. Consuelate, hermano, seguro que no le gustará verte triste y recuerda que en los últimos días te dijo, ¡ te quiero mucho !, ¿tú sabes lo que es eso?.
Da igual que te cambies de lugar, que viajes, que duermas, que comas, rías o llores, ella está presente en espíritu a tu lado, dentro de ti.
No sabes cuánto me costó ir a vuestra casa y no encontrarla allí. Mi corazón quería creer que estaba durmiendo la siesta y que aparecería en cualquier momento.
¡Cómo no la vas a echar de menos!; es imposible, todos los que tenemos la suerte de conocerla: la extrañaremos.
Si escribes sobre ella te ayudará mucho a confortar tu alma y tu corazón.
Sé que estás muy triste y descorazonado por su ausencia y que, el día a día, es muy duro y no sabes cómo caminar sin ella. Le pido a Dios y a Reyes que te ayuden a seguir por este valle de lágrimas.
En la vida tener el recuerdo de más cosas agradables que malas vividas es gratificante y que años, meses, días y horas estáis juntos en cada momento como os jurasteis en lo bueno y en lo malo y así ha sido.
No te quepa duda. Reyes está a la diestra de Dios Padre. De ella sólo podemos decir que es buena persona, "buena", magnifica.
Todos lloramos y a la vez tenemos la satisfacción de ghozar de su amistad y cariño.
Se nota el amor que todos todas que la conocen, sigo hablando de Reyes en presente: así me gusta y lo siento; está con nosotros, está en nosotros y está viva en nuestros corazones.
Te quiero, hermano.

1 comentario:

  1. Tu escrito me ha llegado al alma. Gracias por compartir con nosotros estos magnificos sentimientos.
    ¡Dios te bendiga a tí y a los tuyos!
    Un beso.
    Mari Carmen.

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