viernes, 9 de abril de 2010

MIS COLEGIOS

El recuerdo de mis años de colegio, son agradables nunca tuve problemas, ni con niñas ni maestras.
Digamos que fue como un baño maría, o más bien, fue un andar de puntillas sin hacer ruido.
Fue una época gris hasta los libros eran grises,... ¿sabías que tenías que hacer caso a tus padres y maestras sin rechistar y portarte bien?.
Lo que sí recuerdo muy bien es el material escolar. No era tan abundante, didáctico y colorido como hoy.
El colegio de la calle Oriente fue el primero, en un ala del edificio los niños y en la otra las niñas.
Junto a la Plaza de España fue el segundo. Este colegio me encantaba tenía un piano de cola precioso, lo tocaba una maestra y todas las niñas cantábamos a coro. Tenía el suelo de corcho y barandillas y cristaleras de madera (fue un pabellón de la Exposición del 1.929): era un colegio acogedor.
Más tarde, fui a uno de monjas. Un tiempo feliz, nos daba clases una monja,(hermana María); era especial, además de simpática y guapa.
Aprendí a bordar y coser, los sábados eran los días de labor y rezar el rosario, los demás días estudios y el domingo: misa.
Cuando pasé al instituto, las cosas fueron distintas, teníamos más actividades, el jefe de estudios era sacerdote y guía espiritual. Como orador no tenía parangón, era magnífico. Allí escuché mas misas que en las monjas: todos los días.
Cuando veo el material escolar de estos tiempos me digo..."¡qué suerte tienen estos niños!".
No sabéis, el esfuerzo que a nuestros padres les costaba que tuviéramos una mínima parte de lo que tienen ahora.
Una de las frases favoritas de mi madre: -¡ que ninguna maestra me de quejas de ti! . Cualquierilla se salía del tiesto.
Mi vuelta al colegio es estupenda, vuelvo aprender.
Ojalá que los niños se den cuenta de la suerte que tienen.
Y para terminar una frase de un libro de urbanidad que es un buen lema.

Buen porte y buenos modales
Abren puertas principales.