viernes, 25 de marzo de 2011

A MI NARANJO AMARGO

A la puerta de mi casa
hay un florido naranjo
sus naranjas son amargas
y sus flores son un bálsamo
para las almas sencillas
yo lo quiero y le hablo.
Este bonito naranjo
hace décadas que fue plantado
huele a gloria bendita
entre marzo, abril y mayo
embriaga con su perfume
la primavera viene anunciando
se ve hermoso y florido
solo una vez al año
Alfombra la calle de pétalos blancos
con embrujo y señorío
parece que esta nevando
su presencia nos alerta
que la Gran Semana esta llegando
el olor de azahar de los
naranjos amargos
le dan salero a Sevilla
a mi pueblo y a mi barrio
esperare con paciencia
la primavera del próximo año
para ver florecer de nuevo a
este naranjo amargo

viernes, 11 de marzo de 2011

Cosas que Decir

Cosas que decir, ¿de quién?, mías o de otros, de lo que pienso, deseo o me pasa, tuyas, o de los demás.
Vaciar la mente y el corazón, no es nada fácil, decir de este, ese o aquel, que si fue, vino o estuvo, si entró o salió, lloró, rió o disfrutó, quién tiene derecho a contar tal o cual cosa de nadie. Si para mí, no tengo medida ni censura.
Dónde están los sentimientos y el respeto que nunca damos y que sí pedimos para nos.
Decir tantas cosas inconsecuentes e incongruentes y pedir pensando sólo en "yo", nunca dando nada a vos.
Y los valores, que cuando fuimos niños se aprendió, se los llevó el viento, con las primaveras que cumplió.
Claro que tengo cosas que decir, que les pasa a los que mandan: no ven al pueblo sufrir.
Y la juventud, pasiva y apática, que nada quiere escuchar, ni descubrir, ni por ellos mismos, ni por ti, ni por mí y que hay otras formas de vivir. Que no sea la botellona, ni la droga: que sus padres están hartos de sufrir.
Los padres les dan de todo: comida, casa, ropa, moto, coche y dineros que "fundir". Y si le dices algo: "Yo no te he pedido venir".
Qué decir, de todo lo que no es lícito, no importa de dónde venga, ni cómo lo conseguí, sólo interesa lo que se puede presumir.
El respeto está anticuado. La honradez, ni que decir. Ir a la cárcel, parece un festín. No está mal visto, ni engañar, ni agredir, pero si matar cuesta hasta barato: que más se puede pedir.
Decir que el mundo está hecho un desbarajuste y, por lo visto, nadie lo quiere o puede impedir. ¿Qué me dices de los niños?. Cuánto abuso y descontrol. Qué transe tan terrible y humillación. Con los abusos les arrebatan su inocencia: qué tremenda situación.
El mundo se está quedando sordo y ¿yo oigo por los dos?. ¿Quién protege a los ancianos, de ser un estorbo en un rincón?.
¡Seguir diciendo!. Para que se escuche mi voz, por los que no tienen trabajo y por el que lo conservó, cada ves es mas difícil subsistir ¿quién me lo puede decir?.
Las madres, que la economía llevan, tienen mucho que contar y que decir, estiran tanto de la cuerda, que cualquier día se va a partir.
Sigamos diciendo una y mil cosas más, que se puedan decir y preguntar, mires a donde mires sólo se ve oscuridad, el porvenir es incierto, ¿quién lo puede remediar?.
Te dicen que las cosas necesarias van a subir y tú el mismo presupuesto para vivir, no quiero ser agorera, pero son cosas por las que se pasan y yo vi.
Decir cosas buenas esperando un mañana mejor; que se acaben las guerras, aunque el mundo lo tiene cada día peor, crudo diría yo. Ahora ni canta, ni ríe, sólo llora y lloro.
A la juventud le quiero decir, que quiera lo que hay que querer, que todo lo que está al revés, le den la vuelta y verán como es para bien.
Decir que la vida es bonita, según cómo y a quién. Si la primavera es hermosa, para todo el que la ve, tan dificil es que haya para todos, lo que tiene que haber.
Cosas que decir, cómo y por qué ¿ quién quiere oíerme, otra vez?. Mejor me lo dice usted, que nos hace falta más risas y menos abusos de poder, mas empatía que odio, amor y respeto a este, ese y aquel.
Te digo y cuento, aunque lo debes saber, que estamos aquí de paso, ¡si son sólo tres días, uno de sueño, otro de trabajo y el otro " pa comer".
Decir cosas, te las voy a repetir y a responder; que me gusta mi tierra, como mi madre me enseñó a querer, con todas sus luces y sombras, con los derechos, las obligaciones u el deber.
Hay tantas cosas por decir, que me pregunto desde ayer:¿ no es mejor hacer?. En este apartado estamos todos y los que van a nacer.
Quién no ha escuchado el refrán: "Que por la boca muere el pez", por eso sellaré mis labios, esperando un nuevo renacer. Propongámonos hacer algo todos los días sin desfallecer, que no hay tiempo que perder, y así tendremos importantes cosas que decir, de cosas hechas y no por hacer. Vale.