TIEMPO DE CUARESMA

Es la historia mas grande jamas contada, fue hace casi dos mil años y parece que se diluye con el paso del tiempo, en los corazones y en la mente, o me lo parece a mi.
Para la gente jóvenes, el pasado es como algo caduco, de ciencia ficción o dudosa realidad.
La película de Mell Gibson, sobre la vida de Jesús nos refresco la memoria y removió los sentimientos, los que la vieron, salieron del cine horrorizados, de la injusticia y crueldad, con que fue tratado ese hombre.
Nadie se da por aludido y la historia se repite, aquí y ahora, todos los días crucificando a nuestros semejantes.
Fue una tiranía tan maquiavélica, imposible de razonar y explicar. ¿Como se puede ser tan cruel?.
Pilatos no encontraba culpa alguna, en lo que Jesús hacia o decía pero las masas siempre tan malvadas, pedían la muerte, Tú muerte, a voz en grito, y a pesar de ser inocente, te condenaron.
Jesús, tu estorbabas y tus palabras no eran del agrado de los poderosos, porque eso de dar o repartir no entraba en sus cálculos y a los oprimidos los defraudaste, ellos esperaban un Rey vengador, que los librara del invasor y tu solo traías tu palabra.
Pasan los años y seguimos sin comprender, que tu solo te ocupas de las cosas del Padre y del alma y para nuestra redención hay que caminar recto por la vida.
Tu madre amantisima, nunca reprocha nada por el daño que te hacemos que a ella le laceran las entrañas.
Su resignación no tiene limites, sabe que estas aquí para limpiar mi alma.
No hay nadie en el mundo que de mas amor a cambio de nada.
Desde aquel día hasta hoy la humanidad te clava y clava en ese madero, azotado con palabras desairadas, con las injurias mas viles y blafemas no hacemos nada para arrepentirnos, ni consolar a tu madre, ni a tus heridas curarlas.
Te crucificamos y juzgamos sin piedad, con la misma medida sera tazada mi alma.
Tu corona de espinas, cada vez es mas ingrata, que a tu madre le hacen brotar ríos de lágrimas,maltratamos a tu cuerpo y mucho mas a tu alma.
En la gran semana, te sacamos de paseo y a tu madre amada, para pediros perdón y alcanzar vuestra gracia, os cargamos de oropeles, flores, musica, palio y andas, saetas en cada esquina, para purificar nuestras malas hazañas, si solo se pueden salvar, con el mismo amor con que tu nos pagas.
Señor, cuanta culpa tengo yo, de tus azotes y espinas en tu corazón clavadas.
Siempre estaremos en deuda contigo, porque los favores nunca se pagan, se agradecen toda la vida y nunca se saldan.
Por que te flagele, escupí, despoje de tus vestiduras y te crucifique, al no respetar tus tablas.
Los siglos siguen pasando y te clavamos cada ves mas en la cruz ingrata, con guerras, soberbia poder por poder y tu cuerpo cada vez mas se maltrata, con largas púas impregnadas de todas las malas acciones que el hombre urde y fragua.
Tu sigues sangrando para redimir nuestras almas, no escuchamos a tu corazón
que por todos llora y clama.
Pides perdón para nosotros, que somos un mundo de sordos, que damos martillazos a los clavos invisibles de la intolerancia, de la cruz imaginaria del desamor de los hombres.