viernes, 12 de marzo de 2010

GINES, MI OTRO PUEBLO


Soy española, andaluza y sevillana, de Marchena nacida y de Gines adoptada, quiero hablar de este pueblo, mejor de su Semana Santa.
Todos mis hijos nacieron en esta tierra amada, quiero decirte Gines. Que tú, Cristo de la Veracruz, que un día cuando pasaste por mi casa se me puso el pelo de punta y se me saltaron las lágrimas.
Y cuando este pueblo sacó a su Virgen de los Dolores, ahora coronada, se llenaron de emoción los corazones de tus hijos que te aman.
El día que estuvistes en la barriada, en mi plaza, te pusimos alfombras y flores, brillastes más que el Sol aquella mañana.
¡Cómo luces el Viernes Santo!, bella y galana con manto, palio y saya, nada de todo esto te quita el dolor de tu alma, que lloras por tu hijo y Gines enjuga tus lágrimas.
Madre mía, cuando vas detrás de tu hijo por el dolor traspasada, ¡cuánta serena hermosura llena tu cara!.
Tu hijo, el de la Cruz, cuánto sufrió, qué pesada carga, pagó las culpas del mundo y a ti te agravian, ¿cómo se lleva esa pena que lacera el alma?.
Devuelves amor por dolor, ¿ qué madre perdona y calla?, y no le grita al cielo:
-¡ Es mi hijo de mis entrañas!.
Señora, ¿cómo pudistes aguantar tanta ignominia, tanta desgracia?. El dolor por un hijo no se compara con nada.
Tu hijo sufre por ti, por la humanidad que lo mata. En vez de pedir justicia,
" Perdonalos padre mio y acoge mi alma". Con su divina clemencia nos da a ti, madre adorada.
Yo le pregunto al mundo:
- Esta cuenta, ¿cuándo se salda?.
El eco me contesta:
- ¡Esta deuda nunca se salda!.

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