miércoles, 2 de abril de 2014

EL PODER DE LA LIBERTAD


EL PODER DE LA LIBERTAD

 

“El poder de la libertad” y la “libertad del poder” parece lo mismo, pero no lo es.
La primera es la que todos debemos tener y no tenemos, porque hay unos pocos que tienen la segunda.
El poder de libertad de hacer, decir lo que quiero y pienso, dentro de un orden, nadie debería tener potestad de privar de ella a nadie.
La vida misma nos va marcando las pautas de lo que queremos, conviene o precisamos.
Tendríamos que ser iguales en obligaciones y derechos, pero las circunstancias de cada cual en la vida: es la de cada cual.
Las personas tienen que tener el timón de su destino y de hacer y deshacer con su cuerpo. De los fallos también se aprende.
“No me dé usted consejos, que se equivocarme sola”. Frase que leí en algún lugar.
¡La libertad es tan bella! Su cara limpia, su mirada franca, honesta y el pensamiento libre, sublime. Este sí que es el poder de mi libertad que nadie me podrá arrebatar.
El poder de la libertad te hace ser mejor persona, sentirte satisfecho, pleno y lleno de vida.
Sentir esa sensación, te agrada tanto, lo notas en tu interior y cuando vas con la verdad, tanta fuerza da, que sabes que saldrás a flote de cualquier eventualidad.
Si en un vaso echamos mitad agua, mitad aceite de oliva, el aceite siempre estará por encima del agua, así pasa con la verdad, que siempre tarde o temprano a la superficie saldrá.
Oír libertad te hace soñar, con los ojos del corazón.Ves que al mundo quiere envolver: como debería ser. Al hombre lo llena de una fuerza tal, que afloran los sentimientos nobles que en él están y sabe mejor amar y razonar.
Cuando la libertad se extienda, traspase el horizonte y más allá: el mundo, de ella, se saciará. ¿Esto, cuándo será?
El poder de mi libertad tiene que ser firme, racional y justo; hacer de él buen uso, si no es así, no es libertad porque la mía termina donde empieza la de los demás.
Con el poder de mi libertad, puedo apear del pedestal a quien no sea magnánimo, ecuánime, ni sepa escuchar, ni hacer buen uso de su libertad.
No quiero perder la fe en el hombre, la justicia y la libertad.
Gandhi haciendo uso de su libertad, sólo con la palabra, razonamiento y actitud, hizo oír su voz de libertad con tanta fuerza en el Orbe que este retumbó: nos queda tanto por aprender.
Diré algo sobre la libertad del poder que le dimos en las urnas al hombre.
¿Qué estáis haciendo con mi libertad? Mis derechos, los veo menguar, pero mis
obligaciones, cada vez son más.
¿Cuándo podrán las personas ser dueñas de acertar o errar de sus decisiones, su
camino y su verdad?
La intransigencia no allana el camino a ningún lugar, sólo trabas con las que tropezar.
Al poderoso no le hace falta “na”: se las sabe ventilar genial. El dinero y el poder se las arregla muy bien, le ponen alfombra roja a sus pies.
¿La libertad del poder es hacer lo que quiero? ¿O lo que debo?
En la vida no se pueden confundir los términos, se dañan a las personas y pasan factura.
La libertad del poder tiene que ser como la mujer del César: serlo y parecerlo.
El poder de mi libertad la pongo en otras manos para que se haga un buen usar, no para que me tiranice y doblegue.
El poder de mi libertad en estas líneas está.

 

 

 

 

1 comentario:

  1. ¡Aquí estoy de nuevo, y no me cansaré, Pilar!

    La Libertad es necesaria, gratificante, hermosa, motivadora, sobre todo, imprescindible al ser humano. Carecer de ella, es la tiranía, el abuso generalizado, la frustración, lo taímado, la traición al semejante, sobre todo, el origen de la mayoría de los males....

    como ves, amiga, tu magnifico blog, es trampolín de intyercambios de vivencias y opiniones.

    Completamente de acuerdo, no se puede decir más preciso y sentido.

    ¡Viva la mare que te parió! Enhorabuena.

    Besos.

    Mari Carmen.

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